Una mujer acudió al hospital Doctor Félix María Goico para recibir atención médica tras sufrir una cortadura en un dedo, esperando que su seguro médico gubernamental cubriera los costos de la asistencia. Sin embargo, la paciente se sorprendió al descubrir que le estaban cobrando por materiales básicos como hilo, gasa y guantes, bajo el argumento de que su seguro no cubría esos insumos.
Ante esta situación, la mujer se dirigió a la caja para reclamar, donde esperaba obtener respuestas. Sin embargo, el personal administrativo le respondió que debía “preguntarle a la doctora”, una indicación que la paciente consideró ilógica, ya que asumía que el personal administrativo estaba capacitado para responder preguntas sobre los cargos y coberturas.
Frustrada por la falta de respuestas, la mujer intentó hablar con varias doctoras en la sala de espera, quienes, aunque le escucharon, le informaron que desconocían detalles sobre la política de cobertura del seguro y que la administración era la responsable de proporcionar esa información.
“¿Cómo es posible que el seguro del gobierno no cubra eso?”, se preguntó la paciente, resaltando la aparente falta de coordinación entre el personal médico y administrativo. La situación ha generado interrogantes sobre la cobertura y la transparencia en el sistema de salud pública, evidenciando posibles brechas en la comunicación que impactan la experiencia de los pacientes.