Omar Leonel Fernández Domínguez, quien hasta la fecha cuenta con 32 años de edad, ya tiene en su currículum político cuatro años en la Cámara de Diputados y cursa un primer período como senador del Distrito Nacional, principal plaza política de la República Dominicana. Hijo del expresidente Leonel Fernández, creció y se desarrolló siendo su padre presidente de la República, pues con solo cinco años, su progenitor llegó al poder por primera vez, convirtiéndolo en un privilegiado entre los niños dominicanos.
Pese a participar en pocas actividades públicas y de gobierno, es en el 2012 cuando Omar Fernández comienza a verse activamente en política y, esta vez, acompañando de parte de las hijas de Danilo Medina, quien en ese momento era el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y contaba con el apoyo de toda la súper estructura política en la que se había convertido la organización de la estrella amarilla. Es en el 2019 que, tras la derrota electoral de su padre a lo interno del PLD, Omar empieza a mostrarse más en la política local. Entonces, asumió una posición contraria a la administración de Medina, ocho años después de trabajar para que Danilo llegara al poder.
Tras consumarse la división peledeísta y la conformación de la Fuerza de Pueblo, el novel dirigente político decide lanzarse a diputado y logra el voto de la Circunscripción Uno del Distrito Nacional. Tras alzarse con la diputación en el 2024, compite para senador y, en lo que parecía una lucha del poder contra Omar, este salió airoso y aplastó a su adversario por la senaduría de la capital dominicana.
En su experiencia legislativa, ha sido partícipe de proyectos de ley, tales como: de reforma al Consejo Nacional de la Magistratura, de fideicomiso para el drenaje del Distrito Nacional, del Centro Nacional de Criminología, y de transición gubernamental contra la corrupción. Asimismo, el que prohíbe vapers a menores (no está prohibido), el que crea bancos de sangre en cada municipio, entre otros.
Su trayecto y posicionamiento le obligan a resultados, ya que hubo legisladores como José Tomás Pérez, quien, siendo minoría, logró que se aprobara la Ley 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública. Igualmente, Víctor (Ito) Bisonó hizo lo propio con la Ley de Armas y la de Presupuesto Participativo. A todas luces, ser minoría no debe menguar su producción legislativa.
Lo cierto es que el marketing ha funcionado a la perfección para Omar Fernández. Sus videos, acciones de cercanía y contacto directo con las personas lo posicionan en el espectro político. Desde ya, hay quienes lo mencionan como posible sucesor para el 2028. ¿Es Omar el hombre del 2028? Esa es la pregunta en múltiples escenarios. Todo sale tras su contundente victoria a nivel senatorial y por emerger como una figura nueva, que representa el relevo en su partido.
Pero, el joven político tiene al frente a su padre, quien es el líder de la Fuerza del Pueblo y cuenta en su haber con tres períodos presidenciales, además de ayudar a ganar a los dos gobernantes que lo sucedieron en el poder.
¿Está preparado Omar? Es otra pregunta que emerge, pero, a diferencia de su progenitor, este le lleva la experiencia de dos períodos legislativos, uno como diputado y otro como senador.
Omar tiene el espacio y tiempo para potencializar su carrera política. Fue vocero de los diputados de su partido, lo es de los senadores de esa organización y es miembro del Consejo Nacional de la Magistratura. Este último escenario le sirve de exposición a temprana edad. El senador de la capital no ha dicho que vaya a aspirar a la Presidencia, pero los resultados legislativos y su posicionamiento en la juventud serán determinantes para una posible candidatura presidencial suya que, si logra unificar a la oposición como lo hizo siendo candidato a senador, podría definir en corto plazo el futuro de las fuerzas contrarias al gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM).