Esta semana, la ciudad de Marsella fue sacudida por un crimen atroz que ha dejado a la comunidad en estado de shock. Un adolescente de 15 años fue apuñalado 50 veces y luego quemado vivo en lo que el fiscal de la ciudad ha calificado como un “salvajismo sin precedentes” vinculado a la venta de drogas.
De acuerdo con informes de la agencia AFP, el joven fue contactado a través de las redes sociales por un preso de 23 años, quien le ofreció 2,000 euros para realizar un acto de intimidación contra un rival en el narcotráfico: prender fuego a la puerta de su apartamento. Sin embargo, el plan salió terriblemente mal, ya que el adolescente fue descubierto por miembros de una banda rival, quienes lo atacaron con una brutalidad extrema.
El fiscal local explicó que este tipo de violencia refleja un cambio alarmante en la cultura del crimen juvenil. “Los jóvenes están respondiento a las llamadas no para vender drogas, sino para quitar la vida a otros, sin ningún remordimiento ni reflexión”, afirmó. Este fenómeno representa un incremento en la desensibilización hacia la violencia entre las nuevas generaciones.
Después del brutal asesinato, el mismo reo que reclutó al adolescente también utilizó las redes sociales para enlistar a un joven de 14 años, quien fue instruido a vengar la muerte del muchacho apuñalado. El objetivo era ejecutar a un miembro de la banda rival, pero cuando se dirigía a cumplir su misión, el adolescente disparó en la cabeza a un padre de familia de 36 años, que no tenía vínculos con el narcotráfico. Este incidente ha sido marcado como la primera víctima colateral de este tipo de violencia en el año.
Las autoridades siguen investigando este caso horrendo, mientras los ciudadanos de Marsella claman por una mayor seguridad y acciones contundentes contra el crimen organizado. La comunidad está en alerta, y se espera que una serie de movilizaciones sirvan para exigir medidas más eficaces.