Un reciente comentario ha planteado serias reflexiones sobre la gestión de crisis en relación con el incidente de sabotaje en el sistema de semáforos de Santo Domingo. Según se informó, Milton Morrison, director del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), declaró que la empresa Transcor Latam, encargada de la gestión de los semáforos, actuó con mala intención al realizar movimientos irregulares de equipos, lo que resultó en un colapso del tráfico en la capital.

Medina, que destaca la necesidad de enfrentar los problemas de manera directa, sugiere que la gestión de crisis no se trata solo de cumplir con los procedimientos, sino de reaccionar adecuadamente ante situaciones críticas. La falta de comunicación oportuna por parte del Intrant, según la reflexión, contribuyó a una mayor confusión y especulación entre la ciudadanía.

Este incidente, que comenzó un martes por la noche y se agravó hasta culminar en un caos de tráfico el viernes, revela fallas tanto en la respuesta técnica como en la estrategia comunicacional del Intrant. La situación deja en evidencia que, en un país donde un servicio crítico como el control de semáforos puede ser desestabilizado, es imperativo tener planes de contingencia y una capacidad de reacción inmediata.

La reflexión también pone en relieve la importancia de la transparencia y la comunicación en la gestión pública. En casos de crisis, el silencio puede generar pánico y desconfianza, y cualquier retraso en la respuesta puede agravar los efectos del problema.

Finalmente, se espera que este caso sirva de lección para mejorar la capacidad de respuesta ante futuras crisis, asegurando que no se repita un caos de tal magnitud en la capital dominicana. La gestión de crisis no debe dejarse al azar; es necesario contar con planes claros, acciones inmediatas, y una comunicación efectiva con la ciudadanía.