Un nuevo estudio sobre los primeros años de Rafael Leónidas Trujillo, dictador de la República Dominicana durante más de tres décadas, arroja luz sobre los crímenes cometidos desde su juventud y las circunstancias que lo llevaron al poder. A pesar de los numerosos intentos de derrocar su dictadura, fue el asesinato de las Hermanas Mirabal en 1960 lo que encendió la chispa final del descontento popular que culminó en su muerte el 30 de mayo de 1961.

El desdén internacional hacia Trujillo se intensificó cuando el dictador orquestó un atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt. Esto condujo al rompimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y otros países de América Latina, y selló el destino del régimen. Intentos diplomáticos por parte de la administración de John F. Kennedy fracasaron al intentar persuadir a Trujillo de que abandonara pacíficamente el poder.

Los primeros años de Trujillo: 

Trujillo, nacido en 1891 en San Cristóbal, República Dominicana, comenzó su carrera militar en la Guardia Nacional, una fuerza creada por las tropas estadounidenses que ocupaban el país. Su ascenso fue meteórico, gracias a su ambición y mano dura. No obstante, desde su juventud, Trujillo estuvo vinculado a actividades delictivas, como parte de la banda de asaltantes “La 42”. Posteriormente, en 1930, asumió la presidencia tras un golpe de Estado y manipuló las elecciones para consolidar su poder.

El régimen de terror y la Matanza del Perejil

Durante su mandato, Trujillo implementó un control férreo sobre la población, utilizando tanto las fuerzas armadas como las bandas paramilitares para reprimir cualquier oposición. Entre los crímenes más atroces de su dictadura destaca la “Matanza del Perejil” en 1937, en la que miles de haitianos fueron brutalmente asesinados bajo la sospecha de una invasión. Los soldados dominicanos utilizaron el término “perejil” como prueba de identidad, ya que los haitianos, debido a su acento, no podían pronunciar correctamente la palabra.

El fin de la era Trujillo

Los años finales de Trujillo estuvieron marcados por un creciente descontento tanto dentro como fuera del país. Los atentados fallidos contra líderes internacionales, junto con la brutal represión interna, condujeron a la organización de un complot que terminó con su vida en 1961. Aunque su hijo intentó mantener el control, el régimen colapsó poco después, dando paso a elecciones democráticas en 1962.