En la pequeña comunidad rural de Choluteca, Honduras, una familia enfrenta una situación desgarradora tras afirmar que su hijo Armando fue poseído por fuerzas malignas debido a su obsesión con los videojuegos. Según la madre de Armando, el joven pasaba hasta 12 horas al día jugando durante más de cuatro años, lo que llevó a un cambio drástico en su comportamiento.
Lilián Caballero, reportera de Telemundo, detalló cómo el joven, después de un largo período de dedicación a un juego en línea, comenzó a experimentar episodios de comportamiento violento e irracional, afirmando estar peleando contra demonios invisibles. La madre relata que Armando se quedaba sin fuerzas y entraba en pánico, lo que llevó a la familia a buscar la ayuda de un pastor de su comunidad.
Durante una sesión de liberación espiritual, la familia asegura que Armando fue liberado de los demonios que lo perturbaban. Sin embargo, la madre menciona que aunque el pastor logró expulsar a los espíritus malignos, estos continúan intentando perturbar a su hijo. Para protegerlo, toda la familia se ha dedicado a la oración constante y a la asistencia regular a la iglesia.
Un psiquiatra no relacionado con el caso comenta que los videojuegos pueden exponer a los jóvenes a mundos irreales, pero sostiene que es posible recuperarse a través de medicamentos, terapia y manejo emocional adecuado. Armando, por su parte, tiene prohibido el uso de celulares y otros dispositivos mientras se recupera. Su familia está convencida de que los videojuegos tuvieron una influencia negativa en su vida.