Los senadores electos se aferran al polémico fondo de asistencia social conocido como “Barrilito”, y algunos incluso consideran que los montos actuales son insuficientes para satisfacer las necesidades de sus provincias. Mientras que algunos legisladores expresan su disposición a renunciar a estos recursos, otros defienden su uso, argumentando que son esenciales para ayudar a las comunidades más necesitadas.

“El que no lo quiera, que me lo dé para usarlo en Jimaní, en Descubierta, para ayudar a la gente de Boca de Cachón y de El Limón,” declaró un senador electo. “La eliminación del ‘Barrilito’ parece que continuará en un plano muy lejano, porque muchos de los nuevos senadores que pronto irán a la cámara alta aceptarán estos recursos.”

Este fondo, creado en 2006, ha sido objeto de controversia debido a su costo al Estado, que asciende a más de 21.71 millones de pesos mensuales, equivalente a más de 252 millones de pesos al año. Pese a los esfuerzos de algunos sectores por erradicarlo y las acciones de inconstitucionalidad que han sido declaradas inadmisibles ante los tribunales, el “Barrilito” sigue vigente.

“Tenemos una población importante de 120,000 habitantes que reclaman muchos servicios,” dijo otro legislador. “Todos los miembros del partido lo han aceptado, y nosotros como tal vemos que podemos aceptarlo, pero no tocando esos recursos sino para la población. Lo vamos a utilizar no para beneficios personales, sino para ayudar a tanta gente necesitada que tenemos en nuestro territorio.”

En Monte Plata, el senador Lenin Valdés ha sugerido aumentar el monto que recibe actualmente de 720,000 pesos mensuales a un mínimo de 1,300,000 pesos, citando el crecimiento de la población en la provincia. “Todo el que dice que no lo usa, tú sabes qué es lo que hace: trae una nómina y le pone de a 200,000 y a 250,000 por detrás,” acusó Valdés, señalando la existencia de una doble moral entre algunos de sus colegas.

En contraste, durante la gestión pasada, los senadores Eduardo Estrella, Antonio Taveras y Faride Raful se negaron a recibir este fondo, destacándose como opositores a su continuación.

A pesar de las críticas y el debate en torno a su existencia, los senadores electos justifican la permanencia del “Barrilito”, asegurando que procurarán transparentar el uso del dinero para evitar que sea desviado y garantizar que beneficie a las poblaciones más vulnerables de sus provincias.