Rogelio Villarreal, residente en México, quedó sorprendido cuando vio un anuncio en su feed de Instagram ofreciendo joyas de la marca francesa Cartier a precios inusualmente bajos. Sin saber mucho sobre la marca, decidió investigar y encontró un par de pendientes de oro rosa valorados en 237 pesos mexicanos, aproximadamente 13 dólares. Sin pensarlo dos veces, compró dos pares.

Pero la sorpresa llegó cuando, después de la compra, el precio de los pendientes en el sitio web de Cartier se ajustó a 237.000 pesos, más de 13.000 dólares. La marca intentó cancelar el pedido, alegando que los pendientes no estaban disponibles, pero Villarreal se aferró a su compra.

Lo que siguió fue una disputa de un mes entre Villarreal y la marca de lujo, seguida de cerca por cientos de usuarios en las redes sociales e incluso recibiendo atención de una senadora mexicana. Finalmente, después de semanas de incertidumbre, Villarreal recibió los pendientes por el precio rebajado.

Ahora, con los pendientes en su poder, Villarreal planea regalárselos a su madre. Aunque la disputa terminó con un final feliz para él, la historia ha dejado una lección sobre los errores de precios en el comercio electrónico y la importancia de proteger los derechos del consumidor.