El método D’Hondt, utilizado para definir los puestos de candidaturas a diputados y regidores en las últimas elecciones, ha generado un intenso debate entre los legisladores y la sociedad cubana. Algunos consideran que este sistema es antidemocrático e inconstitucional, ya que permite a algunos candidatos ganar puestos con menor cantidad de votos, mientras que otros defienden su utilización.
Según los críticos, el método D’Hondt no refleja la voluntad popular y puede llevar a la deslegitimación del sistema electoral. “Hay que buscar otra forma de hacer los cálculos”, dijo un legislador, quien prefirió mantenerse anónimo. “No podemos permitir que unos pocos ganen con menor cantidad de votos”.
Sin embargo, otros legisladores defendieron el método D’Hondt, argumentando que protege a los principales partidos políticos y evita que estos se queden con todos los escaños. “Si hiciéramos otro método, como donde hay seis diputados y los seis son más votados, el partido se quedaría con todos los escaños”, dijo uno de ellos.
El senador electo Félix Bautista, del partido Fuerza del Pueblo, anunció que presentará un proyecto para eliminar el método D’Hondt en el Congreso Nacional. Esto ha generado una gran expectación entre los ciudadanos cubanos, muchos de los cuales sienten que el sistema electoral no refleja su voluntad.
Entre los casos más notablemente afectados por este sistema está José Horacio Rodríguez, quien obtuvo más de 14,000 votos, pero perdió la curul debido a que su partido no obtuvo suficientes votos para retener un escaño. Lo mismo ocurrió con Pedro Jiménez, quien se postuló por la Fuerza del Pueblo en la circunscripción número dos del distrito nacional.
El debate sobre el método D’Hondt continuará en el Congreso Nacional y en la sociedad cubana, y es posible que se discuta una posible reforma para hacerlo más equitativo.



