En un mundo donde las catástrofes naturales, una posible tercera guerra mundial o el colapso económico son considerados escenarios cada vez más plausibles, algunos adinerados, como Mark Stockenberg y Jeff Pesos, han tomado medidas extremas para garantizar su supervivencia. Estos multimillonarios han invertido en búnkers subterráneos que no solo ofrecen las necesidades básicas para sobrevivir, sino también lujos y comodidades.

Estos refugios subterráneos, diseñados para resistir diversos desastres, están siendo desarrollados por empresas como Global Shelter Network, una organización dedicada a la construcción de búnkers subterráneos en todo el mundo. Estos refugios están estratégicamente ubicados en regiones clave, lejos de posibles áreas de riesgo en la superficie y en entornos naturales óptimos con abundantes recursos.

Cada refugio de Global Shelter Network es autónomo y autosuficiente, con sus propias fuentes de agua subterránea, sistemas de almacenamiento de alimentos y medidas de seguridad. Además, la empresa cuenta con una amplia comunidad de individuos que comparten la misma mentalidad de preparación para desastres.

Sin embargo, adquirir uno de estos búnkers no es tan simple como realizar una compra habitual. Los interesados deben enviar una solicitud a través del sitio web o redes sociales de la empresa y pasar por un riguroso proceso de verificación de seguridad. Se prioriza a aquellos individuos que puedan aportar más a la comunidad del refugio con sus habilidades y experiencia.

Los precios de estos búnkers pueden variar considerablemente, desde los $55,000 hasta los $2 millones o más, dependiendo de las comodidades deseadas. Muchos de estos refugios ofrecen la opción de ser compartidos entre varios propietarios para reducir los costos.

La demanda por estos búnkers subterráneos ha aumentado en los últimos años, especialmente después de la pandemia de COVID-19. Para los compradores, lo más importante es garantizar su seguridad y la de sus seres queridos, así como asegurar su comodidad en caso de necesitar permanecer en espacios cerrados durante largos períodos de tiempo.