Con el corazón roto y la voz cargada de dolor, familiares y amigos se reunieron este domingo para dar el último adiós a la pequeña Kylie, una niña de nueve años cuya vida fue truncada por la violencia criminal en las calles de Santo Domingo.

“Esto no debe pasarle a nadie, miren eso, una niña empezando a vivir su vida. La delincuencia nos está arropando”, expresó Manuel Alcántara, el padre de la víctima, en medio del velorio marcado por la tristeza y la impotencia.

Las palabras de consuelo de amigos y allegados no lograban mitigar el dolor de la pérdida. Kylie, quien soñaba con convertirse en voleibolista, dejó un vacío irreparable en la comunidad. “Ella me admiraba mucho porque yo soy Reina del Caribe, siempre me decía que la enseñara a jugar, que ella quería ser como yo y mira ahora”, lamentó Olga Zapata, amiga de la familia.

Mientras exigían justicia, los presentes enfatizaron en el impacto devastador de la delincuencia en la sociedad, arrebatando la vida de personas inocentes y buenas.

El padre de la pequeña explicó que el fatídico suceso ocurrió cuando Kylie y su madre regresaban a su hogar en Santo Domingo Norte luego de celebrar el cumpleaños de la niña. Cerca del Puente Jacinto Peinado, que conecta Villa Mella con el Distrito Nacional, el vehículo en el que viajaban fue alcanzado por uno de dos disparos.

Tras el incidente, la niña fue llevada a la Clínica Cruz Jiminián, donde lamentablemente fue declarada muerta poco después de la medianoche.

La Policía Nacional informó que dos hombres implicados en el caso han sido arrestados, mientras que otros dos permanecen prófugos, según lo indicado por el vocero Diego Pesqueira.

El sepelio de Kylie está programado para este mismo domingo a las cuatro de la tarde en el cementerio Cristo Redentor, donde familiares y amigos le darán el último adiós a la joven víctima de la violencia sin sentido.