El miércoles, la policía y los fiscales chilenos revelaron un sorprendente giro en el caso del cadáver encontrado en una calle residencial de Ñuñoa, en Santiago de Chile. Lo que inicialmente se creyó que estaba vinculado a crímenes organizados resultó ser un pacto de amistad entre dos mujeres mayores y religiosas, Lorenza y Érica, laicas consagradas, cuyo lazo trascendía incluso la muerte. El hallazgo del cadáver ocurrió después de que trabajadores reportaran una maleta sospechosa en la calle Los Talaveras.

Las investigaciones revelaron que el cuerpo correspondía a Érica Fernández, de 59 años, quien habría fallecido aproximadamente en abril de 2023 debido a una enfermedad. Su amiga de 80 años, Lorenza Ramírez, ocultó el cuerpo en su casa, manteniendo un pacto de amistad que se debía cumplir tras la muerte de Érica. La policía ha detallado que Lorenza llevó el cuerpo a la calle tras un año de su fallecimiento, buscando preservar el acuerdo que había hecho con su amiga.

Según el fiscal Francisco Lanas, el cuerpo no presentaba signos de violencia, lo que sugiere una muerte por una supuesta enfermedad. Lorenza fue imputada por inhumación ilegal, pero quedó en libertad debido a su avanzada edad y su historial intachable. Su hija, quien regresó desde Italia para cuidarla, fue testigo en la investigación. Las dos amigas, conocidas en una parroquia, habían decidido convertirse en laicas consagradas, vistiendo hábitos azules y manteniendo un compromiso de amistad que superó incluso los límites de la vida terrenal.