En medio de un mar de lágrimas y la desconsolación que embarga a la familia Moreta Rivera, se lamenta la pérdida irreparable de Marino Antonio Moreta Rivera, quien fue víctima de la violencia despiadada de la delincuencia en su propio hogar.

El fatídico incidente ocurrió en las primeras horas de la madrugada en Boca Chica, cuando un grupo de antisociales irrumpió en la residencia de la familia. Marino Antonio, dedicado al trabajo en la zona franca, se enfrentó valientemente a los intrusos, negándose a ceder ante el atraco. Trágicamente, su resistencia le costó la vida, mientras su esposa presenciaba impotente la escena desgarradora.

“Lo mataron delante de mí y no pude hacer nada”, relata entre sollozos la esposa de Marino, quien fue testigo del terrorífico desenlace. “Me iban a dejar a mis hijos sin padre y sin madre. Me iban a matar a mí también”, añade conmocionada.

Según el testimonio de la viuda, los perpetradores del crimen insistían en buscar dinero, revelando así sus verdaderas intenciones de robo. Marino, un hombre descrito por sus seres queridos como alguien de sólidos principios y buenos valores, se convirtió en otra víctima inocente de la violencia que azota a la comunidad.

“Se llevaron a un hombre bueno, padre de familia, que nunca se rindió”, lamenta entre sollozos un familiar. “Un padre ejemplar, me lo quitó la delincuencia, me llevaron mi negro, me dejaron mi familia incompleta”, expresa la viuda con profundo dolor.

Marino deja en la orfandad a tres hijos, quienes ahora enfrentan un futuro incierto marcado por la ausencia de su amado padre. Mientras la comunidad se une en solidaridad con la familia Moreta Rivera, exigen justicia y medidas contundentes para combatir la creciente ola de violencia que arrebata vidas inocentes.