En medio de una espiral de violencia desatada por pandillas en Haití, el Departamento de Estado de EE. UU. ha coordinado la evacuación de ciudadanos estadounidenses del país caribeño. La situación se tornó crítica cuando pandilleros asaltaron dos complejos habitacionales, dejando un saldo trágico de al menos 10 muertos.

Una de las evacuadas, la misionera Miriam Cinotti, describió la experiencia como “aterradora”, después de haber estado atrapada en una ciudad remota durante tres semanas. Cinotti logró abordar un vuelo chárter hacia Florida, escapando así del clima de violencia que asola a Haití.

La violencia en Haití ha alcanzado niveles alarmantes, siendo comparada con una “guerra civil de baja escala”. Enfrentamientos entre bandas armadas y la Policía Nacional de Haití han sumido al país en un estado de caos y desesperación. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por desarticular a las bandas, la violencia persiste en diversas zonas del país.

Empresas y propiedades han sido objeto de saqueos y vandalismo, exacerbando aún más la crisis. La comunidad internacional ha expresado su profunda preocupación por la escalada de violencia en Haití, subrayando la urgente necesidad de encontrar soluciones para restablecer la estabilidad y seguridad en la región.

La evacuación de ciudadanos estadounidenses es solo un síntoma de la crisis más amplia que enfrenta Haití, destacando la necesidad imperiosa de una respuesta internacional coordinada para abordar los desafíos que enfrenta el país caribeño.