Hoy, 5 de marzo, es el día internacional del Trastorno de personalidad múltiple o identidad disociativo.

El Trastorno de Identidad Disociativo (TID), comúnmente conocido como trastorno de personalidad múltiple, es una enfermedad mental caracterizada por la presencia y alternancia entre diferentes identidades dentro de una misma persona. Cada una de estas identidades posee un nombre, una historia personal y diferencias evidentes en la voz, género, entre otros aspectos.

Las causas del TID se relacionan con experiencias de tensión emocional abrumadora o eventos altamente estresantes durante la infancia. Estos factores pueden desencadenar la fragmentación de la personalidad como mecanismo de defensa psicológico.

Los síntomas del trastorno van más allá de los cambios evidentes en el comportamiento entre las distintas personalidades. Se incluyen la amnesia y la fuga disociativas, así como manifestaciones de ansiedad, depresión, conductas autodestructivas, como la automutilación y el comportamiento suicida, alucinaciones, disfunción sexual y otros síntomas somáticos como cefaleas. El diagnóstico requiere una entrevista exhaustiva, exploración clínica y análisis de laboratorio para descartar otros trastornos orgánicos que puedan explicar los síntomas.

El tratamiento del TID implica principalmente la psicoterapia, que busca estabilizar las emociones intensas, facilitar la negociación entre las diferentes identidades y abordar los recuerdos traumáticos subyacentes. Además, se puede recurrir a la hipnosis como una herramienta complementaria en el proceso terapéutico.