El presidente argentino, Javier Milei, sorprendió al mundo al visitar al Papa Francisco en el Vaticano el pasado lunes, llevando consigo un gesto de reconciliación en forma de pasteles y regalos. Este encuentro marcó un giro notable en la relación entre ambos, especialmente después de que Milei, un ferviente libertario de derecha, lanzara insultos contra el Sumo Pontífice durante su campaña electoral.

El presidente argentino, conocido por sus comentarios controvertidos, había despreciado y ridiculizado al Papa en el pasado, llegando incluso a calificarlo de “imbécil que defiende la justicia social”. Sin embargo, desde que asumió el cargo, Milei ha cambiado de tono, buscando fortalecer su apoyo en medio de los desafíos económicos y políticos que enfrenta Argentina.

En una entrevista reciente, Milei elogió a Francisco como “el argentino más importante de la historia”, un claro cambio de postura respecto a sus comentarios anteriores. Durante su visita al Vaticano, el presidente argentino llevó consigo alfajores de dulce de leche y galletas de limón, las cuales son del agrado del Papa Francisco, según informó el portavoz presidencial Manuel Adorni.

El encuentro entre Francisco y Milei tuvo lugar en un momento crítico para Argentina, que enfrenta una severa crisis económica con una inflación que supera el 200 por ciento. Además, el presidente argentino ha enfrentado dificultades políticas tras el rechazo parlamentario de un importante paquete de reformas propuesto por su gobierno.

A pesar de las diferencias ideológicas y los desafíos económicos que enfrenta Argentina, el encuentro entre el presidente Milei y el Papa Francisco brinda un rayo de esperanza para la reconciliación y el diálogo en un momento crucial para el país sudamericano.

 

 

 

 

 

 

 

 

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