El próximo miércoles 14 de febrero marcará la confluencia de dos fechas significativas que, a pesar de sus diferencias, comparten un vínculo especial: el Miércoles de Ceniza y el Día de San Valentín.

Para muchos, esta jornada se celebra como un momento para compartir, experimentar el amor y recordar la importancia de la amistad. Por otro lado, este día también adquiere un carácter religioso al coincidir con el inicio del período de abstinencia y ayuno previo a la Semana Santa.

Este lapso simboliza la prueba de Jesús al permanecer 40 días en el desierto. Durante la misa, los sacerdotes marcarán las frentes de los cristianos católicos con una cruz de ceniza, pronunciando la frase “Del polvo viniste y al polvo volverás”, subrayando la naturaleza efímera de la vida terrenal.

En este período de reflexión y abstinencia, los feligreses se comprometen a evitar el consumo de carne los miércoles y viernes, como un gesto de sacrificio y abstinencia. Este tiempo se presenta como una oportunidad para la meditación, el perdón y la alegría, preparando el camino hacia la Semana Santa y la Pascua.

Mientras que, el 14 de febrero se relaciona intrínsecamente con el Día de los Enamorados o la festividad de San Valentín, la efeméride para celebrar el amor en distintas partes del mundo, con sus respectivas connotaciones.

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