En Capotillo, la tensión y el temor se han apoderado de los residentes de la barriada, tras un reciente tiroteo que resultó en la trágica muerte de Donald Font, un haitiano de 33 años. La situación se ha vuelto aún más compleja, con al menos una persona detenida y otras bajo investigación en relación con el incidente.

El vocero de la Policía Nacional, informó que el tiroteo en la Calle 42 de Capotillo tuvo su origen en un altercado relacionado con un teléfono celular, involucrando al detenido Jason Ramón Soriano, quien también resultó herido, y otros individuos aún no identificados. Este nuevo episodio de violencia ha contribuido a la creciente inquietud entre los residentes de la zona.

La comunidad ha expresado su preocupación por la frecuencia de eventos violentos y tiroteos en Capotillo, atribuyendo muchos de estos conflictos a las fiestas callejeras que se llevan a cabo en la localidad. La incertidumbre persiste entre los residentes, quienes temen por su seguridad y la de sus seres queridos.

Este último tiroteo tuvo lugar apenas cuatro días después de que bandas armadas se enfrentaron a tiros con agentes de la DNCD, durante un operativo en la demarcación, resultando en el arresto de 20 personas.

 

 Inseguridad en Capotillo “Una Realidad Persistente”

En Capotillo, ha quedado atrapado en la delincuencia, los residentes y las autoridades se enfrentan a un problema constante y desalentador. La calle 42, un área que alguna vez fue un refugio para la comunidad, se ha transformado en un epicentro de caos, marcado por la violencia, los ataques armados y la proliferación de delitos que parecen no tener fin.

Los episodios de violencia han alcanzado proporciones alarmantes, convirtiendo a Capotillo en un lugar donde los enfrentamientos y los delitos, tales como tiroteos y pleitos entre miembros rivales de bandas de drogas, son lamentablemente comunes. La calle 42, en particular, ha sido testigo de un aumento significativo en estos eventos, creando un ambiente de miedo y desesperación entre los residentes locales.

Los “teteos”, encuentros marcados por la música estruendosa y la aglomeración de personas, han contribuido a intensificar la inseguridad en la zona. Estos eventos, lejos de ser celebraciones inocentes, a menudo se convierten en escenarios propicios para la escalada de la violencia y la comisión de delitos.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales para abordar esta creciente ola de criminalidad mediante operativos, la situación persiste sin una solución clara. La comunidad de Capotillo clama por medidas efectivas y soluciones a largo plazo. La lucha contra la inseguridad en este sector capitalino no solo requiere la presencia policial, sino también estrategias integrales que aborden las causas subyacentes de la criminalidad.

 

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