Una investigación del periódico The New York Times muestra que desde 2012, 750,000 menores de edad han cruzado la frontera con Estados Unidos sin ningún acompañante.

Más de la mitad de esa cifra, 400,000, lo hizo a partir de 2021, después del inicio de la pandemia por el COVID-19.

En su mayoría, los menores de edad provienen de comunidades rurales de Guatemala y Honduras.

Los niños que fueron enviados con patrocinadores que no son sus padres se encuentran en estados del centro y este del país, como Colorado, Florida, Texas, Iowa, Nebraska, Denver y Oklahoma.

De acuerdo con fuentes consultadas por el periódico, la mayor parte trabaja a tiempo completo, frecuentemente en tareas peligrosas y en incumplimiento de las leyes laborales.

Una gran cantidad de estos niños, que el Gobierno de EE.UU. categoriza como “menores no acompañados”, buscan asilo al llegar porque escapan de la persecución, la violencia de pandillas y otros tipos de delincuencia organizada.

Además, las difíciles condiciones económicas en sus lugares de origen también pueden ser un factor en su elección de partir.

 

 

 

 

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