Gypsy Rose Blanchard, fue una niña que creció creyendo que padecía enfermedades como leucemia, distrofia muscular, problemas de visión y audición y convulsiones. Debido a ello, se convirtió en el rostro de campañas benéficas y recibía el apoyo de distintas comunidades, hasta el punto que gracias a estas campañas le construyeron una casa para discapacitados.

 

Usualmente, se le veía en silla de ruedas y con una sonda de alimentación. Su madre la sometió a múltiples cirugías. Posteriormente, se dio a conocer que estas fueron innecesarias porque disfrutaba de buena salud.

La madre de Rose, Dee Dee Blanchard, hizo todo lo posible para mantenerla débil, aislada y totalmente dependiente de ella. La situación parecía empeorar pues, a medida que el tiempo pasaba, la mujer se volvía más controladora, llenándole la cabeza a la joven de mentiras, sobre falsas enfermedades.

Años después, Gypsy se volvió adolescente y empezó a mostrar intereses y curiosidad por conocer el mundo exterior, al que apenas tenía acceso; sin embargo, se creó un perfil en un sitio de citas y comenzó una relación en línea con un joven llamado Nicholas Godejohn.

La joven empezó a darse cuenta de las atrocidades y mentiras de su madre. Harta de los abusos y desesperada por recuperar su vida, Gypsy conspiró con su novio y juntos planearon el asesinato de su madre. Fue así que en junio del 2015, Godejohn apuñaló a “Dee Dee” Blanchard en su dormitorio mientras la joven se escondía en el baño y cubría sus oídos para no escuchar los gritos desgarradores de su progenitora. Luego, tomaron un taxi de regreso a un motel, donde comieron brownies y durmieron.

El 15 de junio, un equipo de oficiales fue enviado a la casa del muchacho. Godejohn se rindió rápidamente. Gypsy estaba con él. Para sorpresa de todos, no usaba su silla de ruedas y podía caminar.

El 5 de julio de 2015, la joven se declaró culpable de asesinato en segundo grado. El juez le dio la sentencia mínima: 10 años. Podrá acceder al régimen de libertad condicional a fines de 2023. Para entonces, tendrá 32 años. En tanto, Nick Godejohn, confesó el crimen y en noviembre de 2018 fue condenado a cadena perpetua.

Años después, finalmente la joven salió del Centro Correccional de Chillicothe en Missouri la madrugada de este jueves, donde se le concedió la libertad condicional tras cumplir el 85% de su condena original.

 

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