En un escenario donde las primarias del Partido Revolucionario Moderno (PRM) transcurrieron como estaba previsto, sin contratiempos y con una votación masiva y ordenada, Altagracia Salazar plantea la pregunta clave: “¿Abinader ganó y después de Abinader qué?”.

La jornada electoral fue un ejemplo de civismo, y Salazar destaca el eficiente conteo de la Junta Central Electoral, sugiriendo que podría ser un ensayo para el proceso electoral nacional.

El triunfo de Luis Abinader, sin cuestionamientos, con un abrumador 90% de apoyo, se presenta como una oportunidad para fortalecer su liderazgo a largo plazo. Sin embargo, Salazar señala una preocupación a nivel municipal, donde el partido debe considerar cómo capitalizar la imagen del presidente, su principal activo en este momento. La periodista destaca que el PRM enfrenta la falta de un liderazgo de relevo, evidenciado por los resultados en Santo Domingo Este, el municipio más grande.

En esta localidad, Dío Astacio, un perremeista de nuevo cuño, emerge como ganador, recordando que en el 2016 obtuvo un significativo 10% de votos bajo la boleta del PQDC. Salazar analiza la estrategia de Astacio para inscribir a sus seguidores en el PRM, mientras Manuel Jiménez, a pesar de ser aceptado por el partido, no logra construir un liderazgo sólido después del desastre de Domingo Batista.

Santo Domingo Oeste también presenta desafíos para el PRM, con Francisco Peña, quien previamente pertenecía al PRD y era aliado del PLD, ganando la candidatura. A pesar de las denuncias de corrupción en su contra, Peña demuestra ser líder de las bases, destacando la falta de importancia que sus seguidores dan a las acusaciones.