La Junta de Educación de Florida tomó una decisión contundente al respecto de los baños para personas transgénero en el estado. La votación resultó en una medida que permitirá a los colleges despedir a empleados transgéneros si utilizan repetidamente baños diferentes al que se les asignó según su sexo de nacimiento.

Esta medida también se extiende a los estudiantes transgénero, quienes podrían enfrentar represalias verbales, por escrito e incluso suspensiones en estas instituciones educativas.

A partir del primero de abril de 2024, cualquier individuo tendrá el derecho de presentar una queja ante el fiscal general si considera que una escuela, college o agencia estatal no cumple con los requisitos mínimos para baños y cambios de instalaciones establecidos por la ley.

Alexander Borel, abogado y miembro de la Junta Educativa, expresó que esta responsabilidad recaerá en los maestros y profesores, lo que significa que ellos también tienen la obligación de denunciar a estudiantes o empleados que no cumplan con la normativa.

Esta situación plantea un conflicto ético en la comunidad educativa, donde los educadores se ven obligados a ser no solo maestros, sino también, en cierto sentido, vigilantes del cumplimiento de estas reglas.

Para algunos, como Cali La Chapel, un estudiante transgénero en Florida, esta nueva política resulta dolorosa. Cali fue designado como mujer al nacer, pero se identifica como hombre, lo cual es reconocido por su entorno. En su proceso de transición de género, teme que su presencia en baños de mujeres genere incomodidad en sus compañeras de universidad, y lo exponga a la hostilidad de aquellos que se oponen a las comunidades LGBTQ+.