En un dramático incidente en las Islas Galápagos, Delia Girarte, una turista procedente de Estados Unidos, sufrió el ataque de un tiburón mientras practicaba snorkel, en una experiencia que nunca esperó vivir.

De inmediato, Delia fue trasladada de urgencia al hospital del archipiélago, donde los médicos se sorprendieron por su estado de conciencia. A pesar de la mordedura en su pierna derecha, que requirió más de cien puntos de sutura, la paciente llegó consciente, estable y colaborando con los interrogatorios, lo cual facilitó su atención y estabilización.

Los galenos destacaron la suerte de Delia, ya que la mordida del tiburón pudo haber afectado una arteria y poner en riesgo su vida. Afortunadamente, la mordida no llegó a tocar el hueso, lo cual fue considerado como una verdadera bendición, dada la profesión de Delia como enfermera en California.

Delia relató que, al ver la sangre, supo lo que había ocurrido, pero evitó mirar la herida y rápidamente buscó ayuda para salir del agua. Los doctores de la clínica en Guayaquil informaron que el tiempo estimado de recuperación será de aproximadamente tres meses.

Además, se espera que en las próximas horas lleguen los familiares de Delia desde Guayaquil, Ecuador, para brindarle apoyo durante su proceso de recuperación.