Sobrevivientes de uno de los peores desastres naturales de Nueva Zelandia describieron el dolor punzante de ser azotados por arena, cenizas y rocas en llamas durante una erupción volcánica.
Sus relatos se escucharon durante un juicio penal presentado por WorkSafe, el regulador de salud y seguridad del país, contra 6 partes involucradas.
Cuarenta y siete personas se encontraban en Whakaari, en el momento de la explosión, incluidos una pareja de recién casados y algunas familias, que murieron o sufrieron quemaduras graves en el incidente.
A través de un enlace de video desde Australia, la turista Annie Lu le dijo que había reservado un viaje a la isla con su madre, y dijo que no les advirtieron hasta que estuvieron en la isla que el volcán estaba en el “nivel dos”.
Los turistas estaban equipados con cascos y máscaras de gas, pero se les dijo que no usaran ni trajeran nada más que ropa y zapatos cerrados, “Básicamente, la impresión que nos dieron fue que era un día normal”, dijo Lu.
Pero lo que ocurrió fue una terrible experiencia que dejó a Lu con quemaduras en el 38% de su cuerpo, lo que requirió múltiples injertos de piel, que no quemaron las únicas partes de su cuerpo.
Los turistas en la isla dijeron que no tenían idea de qué tan cerca estaba el volcán de entrar en erupción.
El día de la explosión, Lu dijo que su madre notó una nube negra en el cielo y luego escucharon a alguien gritar: “Todos corran”.
“Era como arena y rocas por todas partes y me lo arrojaron. Fue realmente doloroso”, dijo. “Estaba quemándome. Nunca antes había sentido algo así. Era como si alguien calentara algunas agujas hasta que el hierro estuviera caliente y luego te lo arrojara todo.
La Fuerza de Defensa de Nueva Zelanda, indicó que 22 personas murieron en el desastre de diciembre de 2019.
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