En la tranquila ciudad de Princeton, Nueva Jersey, Albert Einstein vivió durante dos décadas hasta que la muerte llegó a sus 76 años en abril. Einstein, padre de la era atómica, cambió el rostro de la física del siglo XX y personificó el genio indiscutible. Su figura fascina a las personas, quienes sienten curiosidad por saber más sobre quién era y de dónde provino su genio.

Después de su fallecimiento, en la morgue del hospital de Princeton, se llevó a cabo una autopsia para determinar la causa de la muerte. Aunque Einstein había solicitado que no se hiciera ningún altar, el médico que realizó la autopsia sostuvo su cerebro en la mano y quedó impactado. Movido por sus ambiciones, decidió llevarse el cerebro a casa. El cerebro del genio más grande del siglo XX había desaparecido y este hombre estaba decidido a encontrarlo.

El cerebro de Albert Einstein, que cambió el mundo, despertó preguntas sobre qué lo hacía diferente a los demás. ¿Cuál era el secreto de su genio? Este misterio ha cautivado a millones de personas, especialmente al hombre que robó el cerebro.

El viaje inesperado del cerebro de Einstein: Un robo que dejó a la familia y a la comunidad en duelo y en busca de respuestas

 

El 18 de abril de 1955, Albert Einstein falleció debido a una falla cardíaca en el hospital de Princeton, sumiendo a la nación en duelo por la pérdida de su héroe científico. La brillantez de Einstein era asombrosa, como ver el interior de un faro brillante y el cristal del intelecto en acción. Fue uno de los grandes magos matemáticos, y en 1999 la revista Time lo nombró el hombre del siglo, superando a Franklin Roosevelt y a Gandhi. La electrónica moderna depende de las ecuaciones de Albert Einstein.

Mientras el cuerpo de Einstein descansaba en la mesa de autopsias, su viaje más extraño estaba a punto de comenzar. Thomas Harvey, patólogo en el hospital de Princeton, tomó la iniciativa de tomar el cerebro de Einstein. Aunque su motivación exacta sigue siendo desconocida, se cree que fue impulsado por la curiosidad. Harvey improvisó en su intento de preservar el cerebro, sin ser su especialidad. Nadie comprendió la magnitud de lo que Harvey había hecho hasta que ya era demasiado tarde.

La familia de Einstein creía que se habían respetado sus deseos y que su cuerpo había sido cremado por completo. Sin embargo, se enteraron al día siguiente a través de un periódico que el cerebro no se encontraba en el cráneo. Harvey ofreció una conferencia de prensa el día de la muerte de Einstein, revelando su acción y generando una gran repercusión mediática en todo el país.

El acto de Thomas Harvey desató una serie de eventos inesperados y dejó a la comunidad y a la familia de Einstein con un dolor doble. El robo del cerebro de un hombre cuyo genio había dejado una huella imborrable en la historia planteó preguntas sobre su legado y sus secretos internos.