Muchos de nosotros llevamos horarios caóticos, con rutinas desordenadas y cambios constantes en nuestros patrones de sueño. Esto no solo afecta nuestra productividad y capacidad de aprovechar al máximo nuestras habilidades, sino que también tiene un impacto en nuestra salud. En el vídeo de hoy, exploraremos cómo la ciencia nos indica la manera en que deberíamos estructurar nuestro día para optimizar nuestro tiempo y llevar una vida más saludable.

Comenzando desde el principio, es importante entender que la mayoría de las personas tienen un desfase de más de una hora entre su reloj biológico y sus horarios diarios. Esto, combinado con la exposición a la luz de pantallas por la noche, nos lleva a vivir vidas similares a trabajar en turnos rotativos, lo cual ha sido clasificado como un posible carcinógeno y tiene efectos negativos comprobados en nuestra salud.

Nuestro reloj interno, el núcleo supraquiasmático en nuestro cerebro, utiliza la luz para regular nuestro ritmo circadiano. Sin embargo, ahora tenemos un mayor control sobre la luz que nos rodea, lo que puede causar problemas. La luz azul, en particular, envía una señal fuerte a nuestro cerebro de que es de día. Exponernos a la luz por la noche afecta la producción de melatonina, dificultando nuestro sueño y resultando en un estado mental embotado al día siguiente.

Optimizando nuestra rutina diaria: claves para aprovechar el tiempo y mejorar nuestra salud

 

Para minimizar la exposición a la luz por la noche, se sugiere limitar su uso después de las 8 de la noche. Reducir la intensidad de la luz y activar el modo nocturno en los dispositivos electrónicos también puede ayudar. Además, es importante establecer una rutina constante de sueño, intentando mantener horarios regulares día tras día.

La alimentación también juega un papel importante en nuestro rendimiento diario. Cenas ligeras e incluso el ayuno moderado antes de dormir, así como el ejercicio, tienen efectos beneficiosos para nuestro cerebro. Estas prácticas estimulan la producción de BDNF, una sustancia que mejora las conexiones entre las células cerebrales, lo que nos prepara para concentrarnos en tareas complejas y aprovechar el tiempo de manera efectiva.

El evento más importante de nuestro día es el momento en que nos despertamos. Exponernos a la luz brillante, preferiblemente la luz natural del exterior, ayuda a poner en hora nuestro reloj interno y activar nuestro cuerpo. Aprovechar nuestras horas más productivas, generalmente entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde, nos permite realizar tareas difíciles, tomar decisiones importantes y resolver problemas complejos.

Además, el ejercicio tiene un impacto significativo en la calidad del sueño y nuestros niveles de energía durante el día. Realizar ejercicio moderado a vigoroso durante al menos 150 minutos a la semana, mejora la calidad del sueño y aumenta los niveles de energía.

Si bien no podemos controlar por completo nuestra biología, es importante hacer pequeños cambios en la medida de lo posible para sentirnos más enérgicos y felices durante el día, mejorar nuestro rendimiento y dormir mejor. Al final, vale la pena hacer ajustes en nuestros horarios y hábitos para aprovechar al máximo nuestro tiempo y tener una vida más saludable.

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