Altagracia Salazar: “Un narco tiene que tener dos cocos para amenazar al poder”

 

Yo no creo que Yanalán Rodríguez haya llegado al extremo de la iniquidad de subastar el control de cárceles como si se trataran de arbitrios municipales y galleras, pero es posible.

Aunque en el gobierno de Danilo Medina se hicieron los negocios más increíbles, pensar que el presidente tenía tiempo para organizar el manejo de porcentajes a favor de fulano o zutano a partir de la explotación de negocios criminales me resulta absolutamente increíble.

Especular sobre los vínculos del narco dominicano radicado en España que se siente tan poderoso como para amenazar la vida del hijo de la procuradora general de la República es absurdo, sobre todo cuando se sabe que los organismos de seguridad de dos estados lo están haciendo.

Lo que es innegable es la comodidad con la que operaron distintas redes criminales en nuestro país bajo las narices de los encargados de proteger a la ciudadanía.

El mejor ejemplo es el choteo alrededor de la persecución de César el abusador cuando las autoridades sabían exactamente donde se encontraba.

He dicho varias veces que la fuerza de tarea que perseguía al abusador lo ubicó en varias ocasiones, pero nunca recibió la confirmación que debía llegar directamente del procurador general de la República para que fuera apresado.

Probablemente, fue lo mismo que pasó con notables capos como David Figueroa Agosto. Ayer cuando se conoció la sentencia de los implicados en red del abusador, los recursos que manejaban y el lujo en el que vivían una tiene que preguntarse cómo es que ese fenómeno no llamó la atención de los organismos de intervención del estado.

Otra pregunta necesaria es cuánto de la violencia y de la delincuencia común de las zonas marginales está asociada a la actividad de esos capos que fueron protegidos desde las más altas instancias del poder.

Amenazar a una procuradora general no es jícara de coco, quien se haya atrevido tiene que saber a qué se enfrenta y cuánto poder entiende tener para hacerlo. La pregunta es si ese poder todavía existe.