Altagracia Salazar: ¿Hay en República Dominicana una crisis de oposición?

 

Durante más de una década escuchamos el estribillo repetido hasta el cansancio por voceros del PLD, entonces partido de gobierno, en el sentido de que en el país no había oposición política. Se necesitó un hartazgo de la sociedad e incluso una ruptura generacional para sacar el PLD del poder por una pequeña coalición liderada por el PRM.

El PRM no concitaba el afecto de la mayoría de los electores, pero fue visto cómo la única posibilidad de sacar al PLD del poder y así pasó. Han pasado apenas 3 años desde la crisis planteada por la suspensión de las elecciones, las distintas encuestas dan cuenta de que hasta ahora el presidente Abinader tiene todas las posibilidades de reelegirse y parecería que estamos en la misma situación que hace tres o cinco años, pero con actores diferentes. ¿Qué pasa que la oposición no levanta la cabeza? Más allá de los juicios contra la corrupción que afectan directamente a quienes tuvieron en el gobierno, sean del PLD o de la FUPU hay que buscar esto, que parece una crisis cíclica del mundo político dominicano, en la falta de democracia interna en los partidos que impide el surgimiento de un relevo y la posible renovación de las organizaciones políticas. En el PLD, primero Leonel y Luego Danilo se encargaron de descabezar cualquier brillito.

Si lo duda, pregunte a José Tomás Perez que encabezó un proceso interesante de renovación morada. Danilo se quedó con el PLD solo para él y desde la elección del Comité Político hasta la del secretario general el criterio fue el de la lealtad. No tengo que decir que ese criterio les llevó a escoger al peor candidato presidencial que recuerde la democracia dominicana en estos 62 años. De la FUPU no hay nada que decir, es un partido creado para permitir a Leonel Fernández ser por lo menos candidato al puesto que entiende, le sale como herencia natural. La Fuerza del Pueblo coincide con las iniciales de Leonel Fernández Presidente. Quizá si hay una excepción de esa regla sea para beneficiar a su heredero sanguíneo y tratar de convertirlo en heredero político.