Cada vez que me invitan a una entrevista me preguntan por qué no estoy en la administración pública. Desde la óptica de mis entrevistadores y de gran parte de quienes hacen vida política, hacer oposición critica a una administración tiene como recompensa el empleo público. Ya lo dijo Moscoso Puello en sus Cartas a Evelina “Los hijos del país, no hacen nada, o viven de la política, o barren las calles. Y no se preocupan por esto. No les importa. No están preparados para nada. Abandonan los negocios lucrativos por los empleos. Los empleos son su ilusión, su sueño dorado” (Carta 10). No se asusten que no voy a perder la profesionalidad y tomar este espacio para hablar de mí. Pero es propicio decir que la próxima vez que me pregunten cambiaré la respuesta. Hasta ahora he respondido que no tengo vocación de empleada pública porque en el sector privado siendo subalterna puedo discutir mis puntos de vista y convencer o dejarme convencer sobre cualquier tema. En el Estado prevalecen putos de vista asociados al rango o al interés de los funcionarios y ese no es un buen clima laboral, por lo menos para mí. La próxima vez que me pregunten la respuesta será, “no me ofrecieron el trabajo porque siempre he sido una asalariada y mi patrimonio es una casa y un carro, ambos adquiridos con préstamo bancario”. Con ese perfil nadie califica para un puesto público, por lo menos es lo que se deduce de las expresiones de la defensa en los casos de corrupción. Esta madrugada, cuando leía las consideraciones de los imputados de la operación Calamar, me he dado cuenta de que al estado o al gobierno solo va gente rica, que entra rica y sale menos rica. Da la impresión de que está cerca del poder da poder, pero te genera perdidas económicas. Desde mis limitadas posibilidades de investigación no puedo hablar del patrimonio de ninguno de los imputados. Personalmente, conocí al padre de Donald Guerrero, un colega amable y muy profesional a quien no le conocí una fortuna particular porque vivió en la época en que los periodistas no se hacían millonarios.



