Para enmendar nuestra ingratitud histórica, debemos declarar a Duarte el único padre del Estado RD

 

Fue en enero del 1813, cuando nuestra tierra vio nacer a uno de los hombres que cambiaría para siempre nuestra historia, ese 26 de enero, Juan Pablo Duarte y Díez, padre de la Patria dominicana, vio la luz en el corazón de la ciudad colonial de Santo Domingo.

Hoy celebramos, con gran regocijo, el 210 aniversario del más excelso de todos los dominicanos, Juan Pablo Duarte, a quien honramos con orgullo por la visión de construir una nación «Libre e Independiente de toda potencia extranjera», República Dominicana.
Duarte fue el ideólogo de nuestra independencia, tarea para la cual fue capaz de hacer los mayores sacrificios, en aras de despertar entre la juventud de su tiempo las ansias de libertad que pondrían fin a la oprobiosa y humillante ocupación haitiana, que por 22 años pisoteó nuestro territorio.
Hoy enaltecemos aquel joven que desde sus 15 años ya traía idealizada una República libre. Aquel que en 1838 impulsó la creación de la sociedad secreta La Trinitaria, un movimiento cuyos miembros se sentían decididos a recuperar el control del Haití español, nombre dado a la breve república independiente.
Rendimos tributo a quien creo grupos como la Filantrópica y La Dramática, buscando sembrar en nuestro pueblo, a fuerza de grandes sacrificios y firme voluntad, el amor por la patria y el espíritu de lucha que forjaron el nacimiento de la República Dominicana el 27 de febrero de 1844.
El orgullo rebosa en todos los dominicanos presentes y ausentes en el país monumentos llevan tu nombre, estatuas con tu imagen, escuelas, plazas y una escuela en la ciudad de Nueva York.
Gracias a sus ideales, sueños y su lucha, hoy decimos a una voz: ¡Qué orgullo es ser Dominicano!
Que hoy y todos los días honremos, con nuestras acciones, tu legado y valores. Dios, Patria y Libertad.