Marino Zapete comenta sobre “negocio del capa perro”. Un artículo escrito en el año 2013 por Rafael Alvarez de los Santos.
Aquí parte del artículo
Cuenta la sabiduría popular que Trujillo decidió evitar la reproducción de los perros realengos.
y para ello contrató un señor a quien pagaría un peso por cada perro castrado.
Por tratarse del “Jefe” el señor no se atrevió a decir que tenía cierta fobia con los perros y aceptó el negocio.
Posteriormente el señor contratado por Trujillo decidió endosar la responsabilidad a un amigo a quien ofreció dos pesos por cada perro que castrara.
Desde aquel entonces se conoce como el negocio del capa perro cuando alguien realiza un acuerdo económico.
En el que a todas luces se observa que va en detrimento de su propia persona.
Algo así ha pasado con el Estado dominicano y el famoso contrato de la Barrick Gold.
La cuestión aquí es que, aparentemente, el temor de nuestros señores congresistas no era a los perros en sí.
Sino a dejar de cumplir las directrices de sus partidos.
Y hoy se presentan ante la sociedad como la perrita de María Ramos que tira la piedra y esconde la mano.