Cuatro personas murieron en un tiroteo en un hospital en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, este miércoles, según informó la policía local. Las autoridades confirmaron que el presunto atacante de la masacre estaba armado con un rifle y una pistola y que también murió.

La policía llegó al lugar el miércoles por la tarde en el Hospital Saint Francis en menos de cuatro minutos, lo que garantizó que el número de muertos no fuera mayor, según las autoridades. Múltiples heridos también fueron reportados, pero medios estadounidenses informaron que ninguno de gravedad.