La soledad es una experiencia desagradable que se deriva, en la mayoría de los casos, de una débil red de apoyo social o de relaciones superficiales e insatisfactorias. Es un sentimiento muy común en la sociedad actual y en el mundo occidental.

Los cambios en las dinámicas interpersonales, la expansión de las redes sociales, el surgimiento de relaciones notoriamente “flojas” o superficiales, el aumento de las familias individuales o los nuevos requerimientos sociales y laborales, redundan en un mayor aislamiento, justificando el aumento de las tasas de soledad actuales.