El 2 de diciembre, por primera vez en más de un cuarto de siglo, el béisbol de las Grandes Ligas entró en un paro patronal, luego de que los dueños optaran por hacer esta ‘huelga’ al terminarse el convenio colectivo de trabajo.

Han pasado casi 90 días desde entonces, más de un centenar desde que los Bravos de Atlanta ganaron la Serie Mundial y no hay avances, alcanzando la fecha que los dueños pusieron como límite para comenzar la temporada a tiempo, por lo que será la cuarta ocasión que Grandes Ligas cancela partidos.

Los propietarios de las 30 franquicias quieren que haya pocos cambios. Forbes reportó que la última temporada sin pandemia, la de 2019, ingresaron 11,000 millones de dólares. Quieren mantener las condiciones como estaban o dar menos concesiones a los peloteros en temas de salarios mínimos, impuesto de lujo, límites de gastos, arbitraje salarial y agencia libre, además de aumentar los ingresos al incrementar los equipos en la postemporada.