Gabriel Boric saltó a la fama en Chile hace diez años como un estudiante de cabello largo que lideraba manifestaciones masivas por una educación pública gratuita y de calidad. Este año se postuló para la presidencia con un programa en el que exigía un trato justo para más chilenos, así como incrementar las protecciones sociales para los pobres y aplicarles mayores impuestos a los ricos.

Ahora, después de haber ganado la presidencia con más votos que cualquier otro candidato en la historia, Boric está listo para supervisar lo que podría ser la transformación más profunda de la sociedad chilena en décadas.

No solo quiere enterrar el legado de la dictadura del general Augusto Pinochet reformando el modelo económico conservador que el país heredó al final de su mandato en 1990. El gobierno de Boric también supervisará las etapas finales de la redacción de una nueva Constitución para remplazar la carta magna de la era de la dictadura que sigue definiendo a la nación.