En Los Mina, una niña de 14 años da a luz al primer bebé del año 2022: un niño. Si había alguna duda sobre la importancia de la Política de prevención y atención a las uniones tempranas y el embarazo adolescente que se presentó recientente, queda despejada.

No sabemos el nombre de la niña, pero se intuye su futuro. Más que probable, dejará la escuela si es que no lo ha hecho ya. El padre será otro menor jugando a ser adulto, no tendrá mucho que aportar. Tampoco terminará su educación y, con suerte, comenzará una serie de empleos precarios. La niña encadenará, casi con certeza, uniones de las que nacerán otros hijos de otros padres. (El círculo de la pobreza sabe cómo blindarse.) Esas uniones, para la niña, serán una manera de sobrevivir, un engañoso apaño para esquivar la miseria.