Madres separadas de sus hijos, deportaciones de mujeres en proceso de parto, menores dejados a su suerte en un país que les resulta extraño. Son las consecuencias más dramáticas de las medidas que ha comenzado a aplicar el Gobierno dominicano para controlar la migración irregular procedente de Haití.

La repatriación de mujeres embarazadas es una de las medidas adoptadas ante esta situación por el Ejecutivo dominicano desde septiembre pasado, en el contexto de una de las peores crisis de violencia que ha sufrido Haití en los últimos años.