Varios ingredientes se conjugan para generar un desorden permanente en ese punto de la ciudad, como un pandemonio, un permanente tumulto y un dolor de cabeza, los ciudadanos califican la situación que se vive cotidianamente con el tránsito de la República Dominicana.

El caos y tensión se hace mayúsculo hasta con aquellos transeúntes que no suelen respetar las señales de tránsito que les corresponden o hacer uso de los peatonales para evitar ser atropellados y contribuir de forma minúscula a la mejora de este entorno.