Un magnicidio, un potente terremoto y el agravamiento de la inseguridad recrudecieron este año la dramática crisis en Haití, el país más pobre de América y cuya economía languidece sin un plan de rescate a la vista.

Haití se encuentra actualmente sin Parlamento, con un Gobierno que no ha sido elegido en las urnas y con una cúpula judicial inoperante para hacer frente a la profunda crisis política y la mayor ola de violencia que ha vivido el país caribeño en décadas, sin olvidar la atención que demandan los más de cuatro millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.