El Gobierno dominicano ha adoptado en las últimas semanas duras medidas para frenar la inmigración ilegal, que afectan especialmente a los haitianos, cuyo país enfrenta una severa crisis política y de seguridad.

Las acciones, anunciadas a cuentagotas, coinciden con la ola de migrantes haitianos que recorre de punta a punta el continente americano, pero también con un polémico intercambio de declaraciones en Twitter entre el presidente dominicano, Luis Abinader, y el canciller haitiano, Claude Joseph.