El comercio ha continuado, con la diferencia de que la mercancía dominicana se transborda en una zona de seguridad, para no tener que cruzar a las áreas de peligro en Haití. Desde que el presidente Luis Abinader pidió a los dominicanos no cruzar la frontera, los organismos a cargo no permiten cruzar, a menos que sean personas con visa, residencia o doble nacionalidad, y que lo hagan bajo su propio riesgo.

“El que quiera ir, se lo ponemos difícil, porque estamos cumpliendo con la orden del presidente Abinader”, explicó un oficial migratorio en Dajabón.

El tema de los secuestros es sensitivo. Hay mucho miedo entre aquellos que tienen a Haití como socio comercial.

“Hay mucho peligro, yo ya no viajo para allá. Mi socio, que es haitiano, se hace cargo de todo, porque no hay que arriesgarse”, dijo Ramón Fraternal, un domínico-haitiano que tiene un camión de carga en conjunto con un amigo haitiano.