Como su mismo nombre indica, el arresto domiciliario consiste en que un individuo es castigado penalmente a permanecer en su domicilio. Por lo tanto, se trata de una pena privativa de la libertad. En el caso de que se incumpliera dicha pena, el arrestado estaría cometiendo un delito.
El arresto domiciliario es utilizado, con cierta frecuencia, sobre todo en casos en que se imputan infracciones de naturaleza económica. Se lo emplea bajo la idea de que, estando en su hogar, el imputado no sufrirá el rigor de la cárcel.



