Hace más de ocho décadas la frontera entre Haití y la República Dominicana fue el escenario de una matanza que, aunque ha formado parte durante mucho tiempo del imaginario colectivo haitiano, era desconocida para el resto del mundo.

La matanza, ocurrida durante los primeros días de octubre de 1937, se bautizó como la Masacre del Perejil, porque los soldados dominicanos llevaban una rama de perejil y les pedían a quienes creían que eran haitianos que pronunciasen dicha palabra.

A aquellos que tenían como lengua materna el criollo haitiano les resultaba difícil, un error que podía costarles la vida.