La situación de seguridad en Haití está tan descontrolada que los secuestros y delitos ya no se contabilizan en Puerto Príncipe, la capital del país. De acuerdo con los expertos en materia de seguridad ciudadana y derechos humanos, lo más preocupante de la situación son los vínculos que presuntamente existen entre determinadas bandas y las autoridades estatales, lo cual se manifiesta a través de la impunidad de la que gozan los miembros de las pandillas.

Las bandas armadas en Haití escogen cada vez con mayor frecuencia a mujeres y niños como objetivo de sus secuestros por tratarse de víctimas especialmente vulnerables, que ya suponen una tercera parte de los raptos que se perpetran en el país, de acuerdo con Unicef.