Las mujeres, los hombres y las personas transgénero trabajadores del sexo se enfrentan a altos niveles de violencia, estigmatización, discriminación y a otras violaciones a los derechos humanos. La violencia contra las personas trabajadoras del sexo se asocia con el poco uso del condón o su no utilización y con el riesgo creciente de infección de ITS Y VIH. La violencia también impide que las personas trabajadoras del sexo tengan acceso a la información y a los servicios relacionados con el VIH.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea como amenaza, contra sí mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privación de la libertad.

Tanto las mujeres, como los hombres y transgéneros trabajadores del sexo pueden ser víctimas de la violencia a causa de la estigmatización asociada al trabajo sexual, criminalizado en la mayoría de los entornos; o debido a la discriminación basada en el género, la etnia, el estado serológico, el consumo de drogas y otros factores.