Las calles de Puerto Príncipe estaban vacías este lunes en una jornada de huelga nacional convocada contra la creciente inseguridad, evidenciada este fin de semana con el secuestro de misioneros norteamericanos.

El secuestro de 17 adultos y niños por una banda criminal volvió a desnudar las dificultades de Haití tras el asesinato en julio del presidente Jovenel Moise, que dejó al borde de la anarquía a uno de los países más pobres de occidente.

“Han pasado meses desde que pedimos ayuda, y como no hemos tenido seguridad contra los secuestros pedimos a la población que suspenda toda actividad”, dijo a la AFP Changeux Mehu, presidente de la asociación de Propietarios y Conductores.