La ira social se apoderó de las calles. Desde el 28 de abril cientos de miles de personas protestaron a diario por más de un mes. La represión policial avivó el descontento que se saldó con al menos 60 muertos, según la Defensoría del Pueblo (ombudsman), y provocó un llamado de atención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por los excesos de la fuerza pública.

El gobierno se vio forzado a retirar su impopular propuesta y a salir del entonces ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.