La zona de confort hace referencia a un estado mental similar al “piloto automático”, por el que las personas adoptamos una rutina con el objetivo de obtener un rendimiento continuo sin tener que asumir riesgos, es esa zona donde nos sentimos seguros, porque lo tenemos todo controlado.

Salir de la zona de confort puede provocar en dicha persona un estado de ansiedad o temor al fracaso, que prefiere evitar a toda costa, conformándose con la situación actual, aunque esta le provoque insatisfacción o infelicidad.

Esta zona de confort es el “lugar” en el que estamos cómodos, nuestro ambiente, que hemos ido “construyendo” desde nuestra tierna infancia.