Muchas personas engloban los alimentos en dos grupos: los que engordan y los que no engordan. Esta simplista clasificación carece de fundamento nutricional y puede provocar que sigamos una dieta inadecuada.

Todos los alimentos, excepto el agua, aportan calorías. El valor energético calórico de un alimento concreto o un plato está determinado por su contenido, sus macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos), y por la cantidad que la persona consuma. La clave es comer de todo de forma equilibrada y saludable, en las proporciones adecuadas según las necesidades individuales.