La enfermedad ahora se encuentra en todos los continentes del mundo. En África, Europa, y Asia, donde ya afecta a más de 50 países, perjudicando el acceso a los alimentos, así como los medios de subsistencia que dependen de la cadena de valor de la porcicultura.

También afecta a la biodiversidad, ya que la enfermedad impacto sobre la fauna silvestre. 

Con su alta tasa de mortalidad animal, la diseminación progresiva y la persistencia endémica de la peste porcina africana podría afectar seriamente la producción porcina y también el comercio nacional e internacional de sus productos.